¿No tenemos tiempo para tener tiempo?
In AHemos entrado desde hace algunas décadas en una vorágine de actividad que nos mantiene ocupados las 24 horas del día si se lo permitimos, y nos vamos a dormir cada día, con la sensación de que no hemos terminado lo que teníamos pendiente, y lo peor es que es cierto.
La vida en el final del pasado Siglo XX y comienzo de este apasionante Siglo XXI, se ha convertido en una espiral de continua acción que resulta imparable, hasta el punto de que no sabemos dónde han ido a parar esos ratos de ocio que antes teníamos, y no somos capaces de encontrar esos huecos para sentirnos dueños de nuestro propio tiempo, y escapar de la sensación de ser arrastrados por la corriente de agua de la vida descendiendo río abajo. ¿Que hemos hecho con nuestro tiempo?
La sociedad actual ha cambiado nuestra forma de vivir, absorbiendo nuestra privacidad y nuestros momentos de esparcimiento, incluso aquellos ratos que compartíamos con la familia, los hijos, los amigos, o hasta esos momentos en que simplemente nos dedicábamos a no hacer nada y nos quedábamos extasiados mirando una nube mecida por la brisa.
Pero reflexionemos realmente sobre lo que ha pasado.
- ¿Acaso ahora tenemos menos tiempo que antes?
- ¿Nos han quitado alguna de las 24 horas que tenían nuestros días?
No, por supuesto que no, lo que ha ocurrido es que hemos cambiado el orden de prioridades de nuestro tiempo.
“El tiempo de cada día es una suculenta tarta, y el problema es que empezamos repartiendo a los demás, y cuando queremos darnos nuestra ración... no quedan sino migajas, e incluso, si surge la ocasión, también sacrificamos éstas”
Aunque nos duela reconocerlo, esta es nuestra situación diaria, y el problema principal es que no somos consciente de ella.
Hace tiempo que leí en un libro de Stephen Covey un ejemplo muy grafico que ilustra esta situación, aunque no lo voy a reproducir literalmente sino con mis palabras, mi forma de expresarme, y por supuesto, mis comentarios, que tratan de dar valor añadido:
Imagina que tenemos un bote de cristal de esos grandes, totalmente vacío, y aparte tenemos cinco recipientes llenos de piedras de diferentes tamaños: en el recipiente 1 solo tenemos arena, en el 2 tenemos piedras realmente chiquititas, en el 3 otras piedras pero de un tamaño un poco mayor que llamaremos pequeñas, en el 4 otras piedras medianas y en el 5 las piedras más grandes.
¿Cuál es el orden más apropiado para llenar el bote? Si empezamos con el bote 1, o sea con la arena, luego con las piedras del 2 y así sucesivamente, llega un momento en que no somos capaces de meter ni una sola piedra más y se nos han quedado la mayoría de las piedras grandes fuera, y aunque nos empeñemos NO CABEN MÁS.
Esas piedras grandes son los principios, los valores de tu vida, las metas a largo plazo, el tiempo para el desarrollo personal, el tiempo para estar con la familia, todos nuestros sueños, etc.
La paradoja de esta historia es que igual que en la vida, debemos empezar por las cosas más importantes, o sea las del recipiente numero 5, y después las del 4, y sucesivamente del 3 y 2. Pero cual es nuestra sorpresa que en el mismo recipiente, ahora nos han cabido más que antes, e incluso si ahora echamos la arena, todavía podemos conseguir que quepa entre los huecos, y aunque parece que esta definitivamente lleno, aun nos queda sitio para echar un poco de agua que complete las separaciones que no llenan las piedras.
¿Cuál de las dos formas ha conseguido mejores resultados?
Las principales conclusiones son, por un lado que nadie nos enseña que el tiempo es un bien escaso, y que aunque es nuestro mejor recurso, no es ilimitado pues no estaremos aquí para siempre, y que algún día de pronto se agotará, sin avisar, y, todo lo que no hayamos hecho, se quedará sin hacer, y por otro que hay métodos de poder administrar nuestro tiempo y nuestras prioridades, y que eso se puede aprender por cualquiera, sin necesidad de tener una cualificación universitaria, pudiendo tomar el control definitivo sobre nuestras vidas.
Si no programas tu tiempo, la vida lo utilizara a su manera sin contar contigo...
Estamos entrando en una nueva era, y tenemos que cambiar la forma de administrar nuestro tiempo, tenemos que empezar por poner las piedras grandes al principio o nunca habrá sitio para ellas.
¿Pero cual son nuestras piedras grandes?
Esa es una gran pregunta y aunque no puedo responderte en un par de líneas, te adelanto que lo tiene que descubrir cada uno mirando hacia su interior, pero se me antoja que algunas de ellas podrían ser:
- Tiempo para la familia;
- tiempo para los hijos;
- tiempo para el desarrollo personal;
- tiempo para la reflexión...
... Quizás en tu vida haya otras prioridades que yo no he puesto, ¡no las dejes aparte!
Piensa lo que seria de tu vida si alcanzaras al menos el 30% de esos sueños que duermen en tu corazón; ó si pudieras dirigir tu vida sintiendo que el timón esta en tus manos y nadie puede obligarte a variar ese rumbo; ó si pudieras cumplir todas las promesas que le haces a tu familia de pasar juntos ciertos momentos especiales, o de dedicarles a tus hijos determinadas horas a la semana.
Todo depende de ti, y solo de ti.
Y por ultimo, recuerda que si no programas tu tiempo, la vida lo utilizará a su manera sin contar contigo, y estas áreas de tu vida nunca encontrarán su pequeño espacio, y antes o después te arrepentirás de cómo has vivido.
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