Los tres tipos de personas que hay en el mundo

"No importa cuantas veces nos caigamos sino cuantas nos levantemos"

Las cualidades de ser lider en la empresa del siglo XXI – 2ª parte

Sensibilidad: Ver con el corazón

Abandonar


¿Abandonar? Es muy fácil abandonar, lo puede hacer cualquiera, de hecho lo hacemos todo el mundo a diario. Abandonar es, junto a la queja, el hábito más extendido y la más grave y perniciosa enfermedad que tiene el ser humano del siglo XX y XXI, es la que más daño le ha hecho, la que más fracasados ha engendrado y más suicidios ha conseguido.

Abandonar es simple, pero casi nadie reconoce públicamente haberlo hecho nunca, y por supuesto si nos preguntase alguien seguramente diríamos que nosotros nunca hemos abandonado, pero si nos recuerda aquel curso de idiomas que empezamos y nunca acabamos, la verdad es que nos vienen mil excusas que justifican por que no pudimos continuarlo.

Si hablamos de la dieta que empezamos y sólo mantuvimos cuatro días, podemos recordar varios momentos que justifican por qué nos vimos obligados a dejarla temporalmente en contra de nuestra voluntad.

Si pensamos en por qué no seguimos en aquel gimnasio; en aquella carrera universitaria que dejamos en segundo curso; en aquellas oposiciones a las que sólo nos presentamos al primer examen; en por qué no seguimos llamando a aquella chica que tanto nos gustaba y nunca tenía tiempo para salir con nosotros; a aquel cliente con tanto potencial y que no aceptó ninguna de nuestras tres ofertas; en por qué no llegamos a sacarnos el carné de conducir habiéndonos presentado en dos oportunidades; etc.

Lo que digo, que si pensamos en todo ello, podríamos encontrar mil ocasiones en las que iniciamos un camino y antes de llegar al final, abandonamos, y para no debilitar nuestra autoestima buscamos justificaciones que explican con nitidez absoluta por qué la vida, el jefe, nuestros padres, la novia, el mercado, los consejos de los amigos, el canario, las brisas del amanecer, los huracanes del caribe ó las fases de la luna nos impidieron terminar con nuestro propósito y son los únicos culpables de que nosotros no persistiéramos hasta el objetivo final.

Abandonar es lo más simple, cualquiera puede hacerlo sin esfuerzo, pero lo que realmente requiere que saquemos algo de dentro es precisamente el continuar, el persistir, el aguantar, el hacer esa llamada más, el seguir con esa dieta aun cuando deseamos con toda nuestro alma comernos esa tostada con mantequilla y mermelada.

Hay un poema de JACOB RIIS que me encanta por que ilustra muy gráficamente el tema de la persistencia:


"Cuando nada parece ayudar, voy y miro a un picapedrero, dedicado a golpear su roca quizás cien veces, sin que en ella aparezca una sola grieta.

Sin embargo cuando da el golpe ciento uno, la roca se parte en dos, y yo sé que no fue ese último golpe el que la consiguió partir, sino todos los que había dado con anterioridad."


¿Alguien se imagina que nuestro bebé la primera vez que intentara andar, decidiera abandonar por que se ha caído y se ha dado un buen golpe? ¿Alguien se atrevería a decirle: "Hijo, es verdad, no sigas intentando andar que ya lo has hecho dos veces y las dos te has caído, ¡déjalo y gatea de por vida!"? ¿Y por que pensamos que en este caso debe persistirse y con nosotros mismos somos mucho más flexibles?


Toda meta tiene un proceso y uno de los puntos por donde pasaremos es por las ganas de abandonar, pero es justo en ese punto cuando debemos "cerrar filas" y ser más fieles que nunca a nuestro propósito, a nuestro objetivo, a nuestro sueño, y estar decididos a persistir. Los atletas de Maratón dicen que cuando a mitad de la carrera, están dispuestos a abandonar, si persisten un poco, sólo una milla más, aparecen nuevas energías que les hacen superar ese bache y les llevan en volandas hasta la meta.

En todo cuanto queramos emprender en nuestra vida debemos fijarnos una meta a largo plazo, y cómo ya hemos visto que el deseo de abandonar es algo que surgirá inevitablemente, les cuento algunas pequeñas técnicas que pueden ayudaros a salvar esos momentos:

1.- Ponernos una meta corta con un premio inmediato, pro diferido: Haré esto o aquello durante los próximos 10 días, algo que sea fácil de medir, pero que requiera esfuerzo y los haga avanzar en el camino que habremos propuesto. Y cuando la cumplas debes de darte el premio de inmediato y ponerce otra para los siguientes 10 días con otro nuevo premio.

2.- Repetir que cualquier cosa que nos propongamos en la vida, si persistimos lo suficiente, absolutamente nada ni nadie pueden impedirnos que lo alcancemos.

3.- Visualiza los resultados que obtengas cuando llegues al final del camino, cerrar los ojos y mirate disfrutando del éxito de haberlo conseguido, sea cual sea su propósito, cómo si ya hubieras llegado. Les nacerán energías que jamás imaginaste que existieran, pero que nacen de la visualización de los sueños.

Este tema sería para hacer no un artículo sino una biblioteca entera, pero no tenemos tiempo ni espacio así que lo dejaremos para retomarlo en próximas ocasiones y me despediré por hoy diciendo algo que es la base de la vida: persistir y abandonar son hábitos, y cuanto más los ejercitemos menos esfuerzo nos cuesta ponerlos en práctica.

Cada vez que abandonamos es más fácil hacerlo la próxima vez, pero cada vez que nos superamos y persistimos también nos será más fácil la próxima vez. cómo dijo Churchill en su más famoso y breve pero profundo discurso en una prestigiosa universidad a la que fue invitado a ser el orador del día de graduación: "Señores: No se rindan nunca. No se rindan nunca. No se rindan nunca."


Así que te recuerdo finalmente, que como digo siempre,
nunca olvides que los sueños sólo existen para que alguien se atreva a hacerlos realidad.


Hasta pronto.
Les deseo muchos éxitos en la vida.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

2009 ·frases de amor by TNB